Reseña 6
Jolene se sintió desconcertada por la preocupación de la señora Clutter, que la llevó a mostrarle su colección de miniaturas, objetos pequeños que había coleccionado desde su niñez en California. La señora Clutter compartió cómo su familia vivió entre Kansas y California y cómo su padre le regalaba miniaturas. Después de un tiempo, Jolene comenzó a conocer más sobre la vida de la señora Clutter: hija única de una familia adinerada, con una infancia protegida y feliz. A pesar de su interés en la enfermería, no terminó sus estudios, pero se casó con Herb, un hombre guapo y religioso que le dio una vida de estabilidad. Tuvieron varios hijos, pero Bonnie (la señora Clutter) enfrentó repetidas depresiones postparto, que marcaron su vida. Aunque amaba a su familia, su tristeza constante la llevó a llevar una vida más apartada, mientras su marido se dedicaba a su carrera pública. A pesar de todo, su fe en Dios y pequeños momentos felices le daban algo de esperanza.
La señora Clutter hablaba sobre la importancia de los objetos pequeños, que se pueden llevar a cualquier lugar, como una forma de consuelo y propiedad personal. Recordó cómo, años atrás, se mudó temporalmente a Wichita para un tratamiento y cómo, a pesar de disfrutar de su independencia, la culpa cristiana le impedía sentirse completamente a gusto. Mientras Jolene se iba, le entregó un pequeño abanico, símbolo de esas cosas que le pertenecen. Luego, la señora Clutter quedó sola en su casa. Aunque su familia estaba ocupada, ella prefería mantenerse alejada de las decisiones, especialmente cuando su esposo Herb viajaba. A menudo se refugiaba en su habitación, donde todo estaba ordenado, pero su vida era solitaria y austera, y las responsabilidades de la casa le resultaban insoportables. Aunque la tradición de la Acción de Gracias requería preparar todo para los invitados, ella temía tomar decisiones y prefería evadirlas, especialmente si su esposo podría desaprobar sus acciones.
La señora Clutter mantenía su habitación fría y despersonalizada, con pocos objetos personales, como un frasco de Vick's Vaporub y calcetines, ya que siempre tenía frío. Recordó un incidente desagradable en el que, estando aislada en su cuarto, su amiga Wilma Kidwell la encontró llorando desconsolada, sintiéndose apartada y como una "fantasma" mientras su familia se divertía afuera. En su último día de vida, la señora Clutter se preparó para dormir, guardando su bata y poniéndose un camisón limpio, junto con su Biblia, un recordatorio de su fe. Mientras tanto, dos jóvenes, Dick y otro compañero, aunque con poco en común, compartían una obsesión por la limpieza y la apariencia, y tras trabajar como mecánicos, se arreglaban en el lavabo del garaje. Dick, aunque frágil con ropa, mostraba una figura atlética al desnudo, adornada con tatuajes, incluidos uno de un dragón y una rosa azul.
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