Reseña 5

 Dick conducía un Chevrolet sedán de 1949. Perry, al subirse al coche, revisó su guitarra Gibson en el asiento trasero, que había olvidado allí la noche anterior. Junto a ella, había una escopeta nueva, una linterna, una cuchilla para pescado, guantes de piel y una chaqueta de cazador con cartuchos. Durante el viaje, discutieron sobre gramática y palabras difíciles, con Perry tratando de enseñar a Dick. Dick llevaba un mono de trabajo con el nombre "Carrocería Bob Sands" bordado, y ambos pasaron por el taller de Bob Sands, donde Dick había trabajado desde que salió de prisión, ganando 60 dólares a la semana como mecánico. 

Dick y Perry pasaron la mañana reparando el coche de Dick, cambiando aceite, neumáticos y otros elementos necesarios para una futura hazaña con el Chevrolet. Mientras tanto, Dick explicó que su padre no quería verlo con la escopeta y mintió sobre su destino, diciendo que iban a ver a la hermana de Perry para que le pagara una deuda. Perry, al escuchar esto, reflexionó sobre el rechazo de las familias hacia los ex presidiarios, a lo que Dick explicó que era por su tatuaje distintivo de exconvicto. A mediodía, Dick quedó satisfecho con el trabajo en el coche, mientras que Nancy y Jolene también estaban orgullosas de su trabajo en la cocina, con Jolene celebrando sus habilidades para hacer cerezas en pastel.

Jolene insistió en probar la tarta enseguida, sin esperar a que se enfriara, y animó a la señora Clutter a que también comiera, pero ella rechazó debido a un dolor de cabeza y falta de apetito. Nancy no podía quedarse porque tenía otros compromisos. La señora Clutter, algo tímida, le dijo a Jolene que se fuera tranquila, pues ella haría compañía a Jolene hasta que su mamá llegara. Explicó que no pensara que Nancy había sido descortés. Jolene defendió a Nancy, mencionando que su profesora había dicho que Nancy siempre tenía tiempo para los demás. A pesar de lo que había oído, Jolene se sentía cómoda con la señora Clutter, viéndola como una figura frágil pero sincera. La señora Clutter comentó que sus hijos no la necesitaban y que tomaba café todas las mañanas, a pesar de su aspecto frágil.

Jolene disfrutaba de la tarta y bromeó diciendo que haría una tarta cada día de la semana. La señora Clutter intentó hacer una broma sobre la cocinera, pero se disculpó enseguida. Al final, con timidez, le dijo a Jolene que nunca conocería el cansancio y siempre sería feliz.

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